CRECIMIENTO PERSONAL 2ª Entrega

4 Claves maestras para el despertar de consciencia.

El crecimiento personal encarado desde una óptica global, implica el conocimiento total del ser como “Crecimiento de la Vivencia Total”. Se entiende como crecimiento en este caso, la experiencia que atraviesa cada ser pero en una condición de “Ser Consciente”. En si la experiencia no es lo que importa sino el experimentador, que sin él la experiencia no existe. Es el experimentador que integra a su consciencia el conocimiento adquirido. Este conocimiento no está referido al saber intelectual o cultural; es el producto que a través de la vivencia aflora en el propio ser por los estímulos naturales que impactan en su centro donde radica el potencial original que caracteriza a cada uno, marcando las pautas de vida. Para entenderlo mejor, en nuestro ser se esconde el conocimiento total universal (es una posibilidad a considerar), pero está en su mayoría en nuestro inconsciente; además mucho contenido de la experiencia vivida que queda a ese nivel grabada. A medida que avanzamos a través de las vivencias que nos guían en el redescubrimiento de nuestro ser original, o sea, todo aquello que vivimos observando con atención, se impregna en nuestra consciencia. Ello posibilita un crecimiento profundo que nos acerca a la consciencia universal. Cada vez que aplicamos consciencia a nuestra acción, nos permitimos apreciar nuestro entorno y lo que experimentamos de una manera muy distinta a cuando lo hacemos automáticamente, producto de un hábito integrado a nuestra actitud. Por ejemplo: caminar. Si prestamos atención conscientemente a lo que estamos haciendo, observando las respuestas de nuestro cuerpo, de nuestro estado de ánimo, del paisaje a nuestro alrededor, de cómo se apoya cada uno de los pies sobre el terreno que pisamos; los valores que se integran en nuestra consciencia, son de una frecuencia vibratoria y calidad muy diferente a cuando caminamos con miles de pensamientos acechándonos desde nuestra mente que nublan el estado consciente del presente que vivimos. 

La mayoría de las cosas las hacemos automáticamente y reaccionamos a los estímulos casi inconscientemente. Se hace necesario para encontrar la sintonía con nuestro ser original, desautomatizarnos en nuestras acciones. Tomar consciencia de cada paso que damos. Claro que desandar el camino de años de educación, como ya se describiera en la primera entrega de este tema, no se logra de un día para el otro. Si lo intentamos paulatinamente, llegará el momento en que nuestro inconsciente dejará aflorar los contenidos que componen nuestro potencial innato, para poder apreciar nuestra vivencia con mayor claridad, haciendo que la misma se transforme en un crecimiento que nos acerque a la verdad universal. 

El “Crecimiento de la Vivencia Total” se da cuando vivimos íntegramente cada instante de nuestro eterno presente, estando permanentemente atentos a los sucesos del mismo. Ello va permitiendo una apertura hacia el conocimiento verdadero que nos posibilita apreciar la vida con un nivel de percepción totalmente diferente a lo habitual. El valor que le daremos a nuestra existencia nos hará vernos integrados al universo y a no sentirnos como entidades separadas. Armonizando así con la totalidad, el universo lo sentiremos en nosotros mismos. Es muy difícil poder explicar este crecimiento para que se entienda en toda su dimensión, porque sería explicar la iluminación y ello no se explica, se vive. Se llega mediante el crecimiento, no por adquirir el conocimiento intelectual sino por vivir la vida con intensidad y de forma total, sin automatismo, con consciencia, que es observar atentamente como si estuviéramos ubicados en el ojo de un huracán. Toda la perturbación gira a nuestro alrededor pero nosotros estamos inmutables observando desde nuestro centro. Claro que son muchos siglos de existencia humana que van deformando la realidad haciendo que parezca real lo que en verdad no lo es. Como se ha dicho, el potencial auténtico está muy escondido y es con ese potencial, vibrando al unísono con él, actualizándolo, que se nos puede develar la Totalidad o verdad universal. 

¿Pero cómo llegar a ese potencial o Esencia Divina que late en nosotros sin que nos demos cuenta y que en situaciones extremas nos hace actuar extrañamente que hasta provoca el asombro de nosotros mismos? (Cuando estamos en peligro podemos llegar a dar un salto que en condiciones normales sería imposible lograr).
Como dice el título de esta entrega: “4 Claves Maestra para el Despertar de Consciencia”. Hay 4 Claves Maestras, las cuales he descubierto para orientarme y orientar hacia como sintonizar con nuestro ser interno. Ser interno es el potencial innato que traemos desde antes de nuestro nacimiento. Por cierto, 4 Claves son en las que me centro, pero esto no quiere decir que no haya muchas otras más. Solo he querido simplificar y concentrarme en las más directas para este tema.
He aquí las 4 Claves: “El Conocedor”; “El Hacedor”; “El Testigo”; “El Dejar Ser”.

“El Conocedor”.-
Conocimiento es Consciencia. Conocer implica ser consciente de la vida; que es igual a ser consciente de uno mismo. El crecimiento hacia la toma de consciencia pasa por ser El Conocedor. El Conocedor es cada uno de nosotros en perfecta relación y armonía con la existencia, con la naturaleza. De esa existencia nos llega un conocimiento teórico y un conocimiento vivo. A pesar de ello, la esencia de ese conocimiento está en nuestro inconsciente. Los estímulos vivenciales permiten que aflore a nuestra consciencia lo que tenemos muy guardado; e ir creciendo hacia nuevas dimensiones vibratorias que nos acercan a planos más elevados, los cuales nos conducen a la iluminación y a fundirnos en frecuencia de resonancia con el Todo. El conocimiento teórico deriva del saber, que tiene que ver con la información que nos llega a nuestro intelecto, o sea, conocimiento intelectual que proviene de las investigaciones humanas e incide principalmente en nuestra mente, en nuestros pensamientos y aspectos educativos - culturales convencionales, de los cuales ya hemos hablado en la primera entrega. El conocimiento vivo es lo que hacíamos referencia anteriormente en cuanto a lo que nos queda de la experiencia con la existencia. En el caso del conocimiento teórico, no me estoy refiriendo solamente al conocimiento intelectual convencional, sino al conocimiento más allá de éste, al que se origina en el universo espiritual. Aquel que  el método científico empleado por el hombre hasta ahora, no nos puede permitir acceder. Se vincula con lo último investigado por la física cuántica, la parapsicología, la bioenergía, las terapias alternativas, la nueva medicina y otros. Todo ese conocimiento que se acerca a hacer consciente ese mundo espiritual y energético del ser humano, que lo transformaría en un ser total, no está al alcance todavía, de la ciencia convencional. Para ello, la misma, debería permitir el reconocimiento de todos aquellos fenómenos, que por su limitación, aún no puede explicar. Sin dejar su propio método, podría abrir un paréntesis a la incertidumbre y a la esperanza, haciendo a un lado el escepticismo y proyectar una senda de investigación hacia la verdad de la totalidad. ¿Por qué se dice que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? La idea holográfica nos conduce a concluir que en una pequeña porción microscópica de nosotros mismos se puede representar la esencia universal y Dios es ese universo y vaya a saber cuanto más. 

Desde Einstein la idea mecanicista del universo de Newton quedo superada. Hoy en día se sabe que la materia prima de este universo es la energía, acompañada de consciencia y materia. Culturas milenarias orientales desde hace varios siglos anteriores a nuestra era, ya manejaban estos conocimientos y hablaban de un ser (hombre) cuya conformación obedecía y obedece, a un orden energético que va más allá del concepto materialista; que proviene de un nivel vibracional de orden espiritual. Como que el universo se autogenera siguiendo pautas de frecuencias vibratorias que se organizan según una conciencia cósmica de energía inagotable y que permanentemente se transforma hasta lo infinito. El ser no es solo una manifestación inteligente de la naturaleza de vida que se expresa en el plano material, mental y psíquico; es una transformación holográfica del universo, ordenada por pautas energéticas provenientes de una consciencia cósmica más allá del entendimiento habitual del hombre y que pocas ramas científicas, como las mencionadas, se han atrevido después de Einstein a arrojar luz sobre las manifestaciones extraordinarias que son verdaderas leyes de la existencia. Entender al Ser en su totalidad es entender la verdadera realidad de la existencia y por consiguiente estar en comunión con la Consciencia Universal.

Continúa....... 

Angel Fantauzzi

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